En nuestro país y en el mundo, todos los días, las personas, se enfrentan a nuevos desafíos que las dejan en una encrucijada.

Las constantes exigencias en todas las áreas de la vida, hacen que la gran mayoría sufra estrés. Esta afección es un conjunto de reacciones del cuerpo frente a esas exigencias.

Existe un tipo de estrés que es positivo, ya que a corto plazo ayuda a evitar el peligro o a cumplir tareas con una fecha límite.

Sin embargo, el estrés se vuelve perjudicial para la salud cuando ese conjunto de reacciones, continúa latente a lo largo del tiempo.

Un estudio publicado por The American Journal of Cardiology, explica los efectos que sufren las personas con un alto nivel de estrés: “El estrés puede causar tipos de síntomas físicos y emocionales. En algunos casos, es posible que uno no se dé cuenta de que esos síntomas son ocasionados por este”, explicó a Infobae el doctor Alejandro Deviggiano, coordinador del Departamento de Estudios Cardiovasculares no Invasivos de Diagnóstico Maipú.

El estrés negativo se manifiesta de diferentes maneras, perjudicando la rutina:

-Emociones: depresión o ansiedad, irritabilidad, miedo.

-Pensamientos: excesivo temor al fracaso, excesiva autocrítica, olvidos, dificultad para concentrarse.

-Conductas: mal temperamento, incremento del consumo de drogas y alcohol.

-Cambios físicos: tensión muscular, manos frías o sudorosas, insomnio, dolores de cabeza e indigestión.

Una vida estresada

Ansiedad: preocupación, inquietud, impaciencia, desasosiego, aflicción, agonía, estrés.

“Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido?”, (Mateo 6:25).

La ansiedad es una clara señal de que la persona aun no le entregó su vida a Dios. Sepa que, cuando entregamos nuestra vida, junto con ella, entregamos también nuestros problemas.

Debemos luchar para mantener la vida en el Altar, pero también para vencer los problemas, incluso estando en las manos del Todopoderoso, porque nada es automático.

La paz, es una señal de una vida entregada a Dios. Por otro lado, si la entrega no es verdadera, la ansiedad permanecerá.

Una persona ansiosa, solo podrá pensar en las cosas terrenales. Mantener los pensamientos en Dios es una de las condiciones básicas para recibir el Espíritu Santo y así dejar de sentir ansiedad.

Sin embargo, si, incluso recibiendo orientaciones Divinas, la persona no consigue dejar los pensamientos terrenales, nada sucederá. Así, con el paso de los años, es inevitable que llegue el desánimo.

Los pocos que están entregados en el Altar al 100%, viven en paz, incluso estando en medio de una guerra.

Si usted sufre estrés, ansiedad y aunque buscó ayuda no logra tener paz en su vida participe este viernes a las a las 8, 10, 15 y especialmente a las 20 en la Catedral de la Fe y en la Universal más cercana a su domicilio.