Del 19 de noviembre al 10 de diciembre toda la Iglesia Universal se unió en la fe del “Ayuno de Daniel” . El propósito especial fue diseñado para quienes desean tener una mayor intimidad con Dios, a través de recibir el principal y más valioso bien que el ser humano puede poseer: El Espíritu Santo.

Y, muchos de los que permanecieron fieles en su propósito hasta el final, obtuvieron el resultado esperado, es decir, llegaron a ser hijos del Altísimo mediante el bautismo con Su Espíritu. Pero también hay quienes vivieron intensamente su propósito y aún no han recibido la Presencia prometida. Si este es tu caso, no te preocupes ni te desanimes, ¡Tú sacrificio no será en vano!

Qué necesita saber:

El Espíritu Santo quiere morar en ti mucho más de lo que tú lo quieres. Por tanto, no te dejes llevar por dudas o sentimientos arrojados por el diablo para convencerte de que desistas y mires atrás. Estar triste o cuestionar a Dios no resolverá tu condición espiritual, ¡pero continuar haciendo tu parte sí!

No existen reglas ni período adecuado para recibir el Espíritu del Altísimo. Dios no se limita a días, semanas o meses, porque “para el Señor un día es como mil años, y mil años como un día. El Señor no tarda en cumplir su promesa, como algunos piensan” (II Pedro 3:8-9)¡Por lo tanto, continúa creyendo y obedeciendo y alcanzarás Su Presencia prometida!

“El Espíritu Santo es la promesa de Dios a todo aquel que verdaderamente se entrega. Vacíate de ti mismo, de los pecados, de los malos sentimientos, como el dolor, la duda, la ansiedad y los malos pensamientos. Si usted se vacía y coloca  a Dios en primer lugar, el Espíritu Santo vendrá sobre usted, porque es la promesa del Padre. Muchas personas se apegan a detalles que no son importantes y dejan de lado lo importante”

También sepa:

Además, el Ayuno de Daniel puede ser realizado en cualquier momento por aquellos que entienden la importancia del Espíritu Santo y lo anhelan en sus vidas. Así que, si no participaste y quieres participar, o quieres fortalecer tu búsqueda, ¡no te quedes afuera!