Close Menu
  • Home
  • Blogs
    • Obispo Macedo
    • Ester Becerra
    • Obispo Julio Freitas
    • Viviane Freitas
    • Obispo Renato Cardoso
    • Cristiane Cardoso
  • TV Universal
  • Destacados
  • El Universal
  • Direcciones
  • Donar
  • Contacto
Últimos blogs

Los sentidos y la Fe

¿Cuál es la riqueza de este mundo que hace difícil heredar la Vida Eterna?

La mente de Cristo

Facebook X (Twitter) Instagram
  • Home
  • Blogs
    • Obispo Macedo
    • Ester Becerra
    • Obispo Julio Freitas
    • Viviane Freitas
    • Obispo Renato Cardoso
    • Cristiane Cardoso
  • TV Universal
  • Destacados

    Los sentidos y la Fe

    03/07/2025

    La mente de Cristo

    02/07/2025

    Presentarse ante el Justo Juez

    01/07/2025

    Está es su oportunidad

    26/06/2025

    Jornada Justicia Divina

    24/06/2025
  • El Universal
  • Direcciones
  • Donar
  • Contacto
Facebook Instagram YouTube X (Twitter)
Iglesia Universal UruguayIglesia Universal Uruguay
DONAR
Iglesia Universal UruguayIglesia Universal Uruguay
Home»Cristiane Cardoso»La fuga de Jacob
Cristiane Cardoso

La fuga de Jacob

04/12/2017024 mins de lectura
Social Facebook Twitter Pinterest LinkedIn Tumblr Email
Social
Facebook Twitter Email Telegram WhatsApp Copy Link

 

Nada más justo en esta vida que cosechar el fruto de nuestras propias elecciones, ¿no es así?

Fue precisamente eso lo que sucedió con Rebeca y Jacob al hacer esa maniobra para engañar a Isaac para recibir la bendición. Vale decir que ese engaño no necesitaba haber ocurrido, porque Dios ya había dado el privilegio de la primogenitura a Jacob antes mismo de nacer.

El Todopoderoso no fue arbitrario en Su elección, y mucho menos mostró ser adepto a favoritismo. Pero, al elegir a Jacob en lugar de Esaú, lo hizo por su naturaleza precavida. Así, Él decidió no dar una posición de honor a quien era impuro y despreciaba lo que era santo.

Entonces, Jacob tenía la bendición, sin embargo, a causa de la falta de confianza y dependencia de Dios en aquel momento específico, junto con ella vino una cosecha nada agradable.

Fueron frutos amargados para la madre, que nunca más iba a ver el hijo, y para el hijo que, además de sentir el dolor de la separación brusca de la familia, aún tuvo que arcar con la culpa y el miedo a la venganza del hermano.

Al huir de casa hacia la familia de su madre, Jacob tuvo aquella noche fría el cielo como su techo y una piedra como su almohada. En esta condición dolorosa, el Todopoderoso fue a su encuentro. Su presentación nos revela que Él era Dios sólo de Abraham y de Isaac, no de Jacob. Eso era para el patriarca quedarse perplejo, pues, viviendo en aquel estado, todavía tenía contra sí la tristeza de no haberse rendido al Altísimo y hecho de Él su Aliado.

Pero aquel momento debía ser aprovechado, pues el cielo estaba abierto a Jacob. A través de una visión sorprendente de una escalera que ligaba tierra y cielo, el patriarca vio ángeles bajando y subiendo. Además, vino la poderosa Voz de Dios confirmando la bendición de Isaac y destacando que Jacob era el heredero de la Alianza de Él con Abraham.

La cama dura, el cuerpo cansado, el miedo de estar amenazado y solo eran pequeños fragmentos de una historia que estaría sólo empezando.

Así, Jacob dio inicio a su caminata con el Altísimo – aunque con reservas – porque el patriarca no se entregó totalmente. La prueba de ello fue que, incluso después de haber tenido la visión arrebatadora y oído el compromiso del Eterno en hacer cosas tan grandes, al despertarse, ya estaba hablando “Si Dios está conmigo (…)” (Gn. 28: 13-22). ¿Cómo es? Él acababa de decir: “Y he aquí que estoy contigo, y te guardaré por dondequiera que vayas…” Todo lo que Jacob pidió, como protección, providencia, numerosa descendencia y retorno a la tierra de sus padres, El Soberano, por adelantado, ya había garantizado que lo haría. Entonces, le bastaba  sacrificar su aceite sobre la piedra, trabajar y confiar en aquella Palabra.

Al final, las promesas humanas se rompen y se olvidan, pero las Promesas de Dios nunca.

La desconfianza del patriarca dejaba evidente que le faltaba el cambio de su interior, es decir, la transformación radical de su naturaleza.

Finalizo con la siguiente reflexión: no tiene nada más fortalecedor que cuando estamos solos en los desiertos de la vida y tener la compañía del Altísimo y la garantía de que Él es nuestro Aliado. En Alianza con Él, podemos reposar en la certeza de que jamás seremos abandonados o destruidos.

En el próximo post, voy a hablar sobre la vida de Jacob en su nueva tierra. Un nuevo personaje entra en la vida del patriarca. Aguarden, porque cada uno tiene el “Labán” que merece, jeje.

Compartir. Facebook Twitter Pinterest LinkedIn Tumblr Email
Artículo anteriorEl servicio en el Altar
Artículo siguiente ¿CUÁL ES SU TIPO?

Relacionados

La razón detrás de tus acciones dice mucho de ti.

02/07/2025

Cuidado con las ideas que ocupan tu cabeza

17/06/2025

El primer paso para acabar con el miedo

10/06/2025
Añadir Comentario

Comments are closed.

Más recientes

Los sentidos y la Fe

03/07/20254 clicks

¿Cuál es la riqueza de este mundo que hace difícil heredar la Vida Eterna?

03/07/20252 clicks

La mente de Cristo

02/07/20256 clicks

La razón detrás de tus acciones dice mucho de ti.

02/07/20257 clicks
Más vistos

Navidad: el verdadero significado

24/12/2020453 clicks

Entrega del Aceite Consagrado en Tierra Santa

09/01/2025257 clicks

Depresión navideña. ¿Usted sufre con ella?

23/12/2020162 clicks
Últimos Blogs

¿Cuál es la riqueza de este mundo que hace difícil heredar la Vida Eterna?

La razón detrás de tus acciones dice mucho de ti.

El Reino de Dios tal vez no sea lo que imaginas

© 2025 Iglesia Universal - Todos los derechos reservados.

Escriba aquí su búsqueda y presione Enter para buscar. Presione Esc para cancelar.

 

Cargando comentarios...
 

Debe estar conectado para enviar un comentario.