En días donde la unión familiar es celebrada por millones de personas en todo el mundo, quedan expuestos casos de familias que viven en un escenario de total desarmonía, como es el caso de la Familia Real en Inglaterra.

Entienda:

Tras abdicar de sus funciones dentro de la monarquía británica, el príncipe Harry, casado con Meghan Markle, ha realizado una serie de revelaciones exclusivas sobre la vida con la Familia Real en una serie documental. Los testimonios que generaron grandes conflictos entre los miembros de la Familia, transformaron el sentimiento de dolor en arrepentimiento, luego de que Harry declarara que le gustaría tener de regreso a su padre y hermano, en una entrevista para el lanzamiento de su autobiografía.

Sepa que:

Desafortunadamente, la desunión familiar es la realidad de muchos. Intensos resentimientos junto con el orgullo son las principales razones que han separado a los hermanos, los padres de sus hijos y los esposos de sus esposas.

A la vista de la sociedad actual, la separación familiar se ha convertido en una situación recurrente y “normal”, sin embargo, la Palabra de Dios aclara el verdadero deseo del Altísimo a través del segundo gran mandamiento de la Biblia:

“Mi mandamiento es este: Que os améis unos a otros, así como yo os he amado.” (Juan 15.12)

Independientemente de quién sea nuestro prójimo, el amor es el principio de Dios, cuanto más para aquellos que nos dio como familia, la principal relación establecida por Él. Es más, el buen curso de nuestras vidas se entrelaza con la armonía presente en nuestros lazos familiares.

  • “El verdadero éxito de una persona radica en su relación armoniosa con su familia. A veces, los desacuerdos ocurren entre las personas, ya que cada uno es único en su forma de pensar. Sin embargo, el Nacido de Dios lucha por su matrimonio y no descuida la criación de sus hijos. Porque el deseo del Altísimo es que las familias sean bien estructuradas, felices, equilibradas e involucradas con la fe, el amor y la comprensión”, explica el Obispo Julio Freitas.

Más importante que las declaraciones, pedir y conceder el perdón es una más de las muchas acciones que simplifican el significado del amor. Con eso, cuidad de los que Dios os ha confiado en vuestras manos, y Él os recompensará con un verdadero hogar lleno de paz y alegría.

“Pero si alguno no provee para los suyos, y mayormente para los de su casa, ha negado la fe y es peor que un incrédulo”. ( 1 Timoteo 5:8)