Desde pequeñas, las niñas proyectan su futuro mediante juegos de simulación. A medida que pasa el tiempo, los sueños de la infancia toman nuevas formas e incluso cambian, pero siguen siendo grandiosos y llenos de expectativas positivas. Sin embargo, en la edad adulta, las mujeres se dan cuenta de que los logros tan ansiados pueden significar vivir un camino arduo, que requiere esfuerzo y perseverancia. Nadie duda de que se necesita mucho compromiso para hacer realidad los sueños. Sin embargo, una persona sólo puede tener una vida plena cuando está conectada con Dios. En otras palabras, el esfuerzo humano es inútil si el Todopoderoso no está presente. Después de todo, si Él es la fuente de vida, puede hacer cualquier cosa por nuestros sueños.

El Señor Jesús enseñó que la comunión con Él es el camino hacia una vida fructífera cuando se comparó a sí mismo con una vid y dijo a Sus discípulos en Juan 15:4: “Permaneced en mí, y yo en vosotros; Así como el pámpano no puede dar fruto por sí mismo si no permanece en la vid, así tampoco vosotros si no permanecéis en mí”.

A partir de esta enseñanza, la Sra Viviane Freitas explica en su blog que quien hace todo por sí solo, sin conexión con Dios, puede tomar malas decisiones. “He tratado de hacer las cosas a mi manera, independientemente de Él, y me frustré. Cuando una persona realmente quiere algo, por ejemplo, puede convertirse en avaricia. Así, la persona se vuelve ciega y comienza a comportarse de manera inapropiada, con una ansiedad que afecta su forma de ser y genera disgusto hacia sí misma y las personas que la rodean”, reflexiona.

Viviane recuerda que, cuando una mujer no acepta la guía de la Palabra, se vuelve susceptible a las malas influencias. “Una persona permite que las circunstancias de este mundo estén en él y no Dios, ni Su Palabra. Una persona que vive con pensamientos centrados en las cosas de este mundo no da frutos. Se vuelve una persona frustrada y puede que incluso logre algo, pero no se hace realidad”, afirma.

En la Santa Biblia con Anotaciones de Fe del obispo Edir Macedo , el Obispo destaca la importancia de estar conectados a la Vid, es decir, a Jesús. “Un pámpano no puede tener vida lejos del tronco y, en consecuencia, no puede dar fruto. Así, si pierde la función para la que fue creado, quedará inadecuado para cualquier otro fin. Aunque alguien construya toda una vida basándose únicamente en su propio esfuerzo, sin la Presencia de Dios, todo no será más que una ilusión, porque sólo en Él podemos confiar y sacar fuerzas para vivir con seguridad”, escribe.

Entonces, lector, analiza tus elecciones y no dependas sólo de ti mismo. Únase al Autor de la Vida para tener una vida fructífera y placentera.

Godllywood

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Fuente: https://www.universal.org/noticias/post/a-unica-conexao-que-da-frutos/