Existen prácticamente tres tipos de paz. Hay una relacionada con los momentos de descanso, que son beneficiosos para el ser humano. Por ejemplo: algunos buscan el contacto con la naturaleza, la práctica de actividades deportivas, artísticas y entre otras opciones. Esas pausas en el ajetreo cotidiano, hacen bien para el ser humano y traen una paz, que de cierta forma ayuda a recargar las baterías para el día a día.
Sin embargo, esa paz es limitada, dura el mismo tiempo que las actividades que la alimentan.
Es decir, apenas se acaba el descanso, la tribulación regresa.

Muchas personas, también buscan otro tipo de paz que, en realidad, no traen ninguna tranquilidad: el refugio en acciones destructivas, como los vicios. Las personas que la buscan de esa forma intentan camuflar el vacío interior, la tristeza y la infelicidad en drogas, bebidas, clubes nocturnos, remedios, redes sociales, prostitución, pornografía, automutilación, apuestas, entre otras alternativas, que sólo la hacen hundirse cada vez más.

Pero tanto el primer tipo de paz, como el segundo, son buscados en el mundo y, por eso, no son de hecho genuinos.
Muchos no logran entender de hecho su significado, pero el apóstol Pablo, la definió en Filipenses 4:7:
«Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones, y vuestras mentes en Cristo Jesús.»
Esa Paz «que sobrepasa todo entendimiento», solo puede venir del Señor Jesús, como Él dijo:

«La paz os dejo, Mi paz os doy; no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.» Juan 14:27

La paz que el mundo ofrece es limitada. Con ella, es imposible permanecer tranquilo en medio de los problemas.
La PAZ que usted busca, solo la va a encontrar en el Señor Jesús.