En el pasado, Dios le especificó a Moisés cómo debía construir el tabernáculo para que Su presencia viviera allí. Ese lugar debía estar en medio del campamento, para que los hebreos recordaran que el Señor estaba junto a Su pueblo y que lo acompañaba en todo el trayecto rumbo a la anhelada Tierra Prometida.

Dentro de ese santuario estaba, entre otras cosas, el altar del incienso, en el cual se colocaban los inciensos de especias y perfumes para que el ambiente quedara aromatizado. Como todo lo que había en el tabernáculo, esto también tenía un significado especial y espiritual, porque el “olor agradable” que ascendía a los cielos representaba que las oraciones del pueblo subían a Dios.

El Altísimo no instituyó los objetos sagrados para que fueran adorados, sino para que fueran símbolos que ayudaran a que todos entendieran mejor Su mensaje. Por este motivo, en el mes de noviembre, la Universal realizará una ceremonia muy especial en todo el mundo: La Fiesta de las Primicias en el Tabernáculo.

Será muy importante, porque los fieles demostrarán su lealtad, temor y amor a Dios en el altar del incienso, al igual que los hebreos en el pasado.

Para más información acérquese a la Universal más cercana.