¿Quién nunca se ha apegado a algo que pasó en el pasado, aunque fuera por un corto periodo de tiempo? Si has pasado por esto, sabes que los pensamientos tienden a agitarse y es común repasar cada acción realizada y evaluar qué se podría haber hecho diferente, ¿verdad?

La cuestión es que pensar en el pasado es como llevar una cadena que hace que la persona se sienta atrapada e incapaz de mirar hacia adelante o ver una solución a sus errores. Esto puede ocurrir en relación con diversos temas de la vida, como en el ámbito profesional, amoroso e incluso espiritual, es decir, en la relación con Dios.

Hoy en día existen muchas personas alejadas del Creador y de la fe y ausentes de Su Iglesia por situaciones sucedidas en el pasado, como heridas, errores, desacuerdos con otros miembros, exigencias externas, problemas, enfriamiento espiritual, injusticias, pecados, etc. Sin embargo, al darse cuenta de que abandonar su fe no era la mejor opción, se encontraron solos, lejos del Señor. Algunos se arrepienten o se avergüenzan de la elección que hicieron, pero piensan que no tienen posibilidad de empezar de nuevo la vida con el Todopoderoso. Ellos, sin embargo, se equivocan: Dios desea y espera que todos se vuelvan hacia Él, porque el mal es el único que quiere ver a alguien perdido.

¿Cómo cambiar el pasado?
El pasado no se puede cambiar, pero se puede utilizar como experiencia e impulso para el aprendizaje y la transformación. Esto puede ser confirmado en la Palabra de Dios, en 1 Juan 1.9, que describe: “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonarnos nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad”. En otras palabras, independientemente de lo que se haya hecho en el pasado, el presente puede ser diferente, siempre y cuando se produzca un arrepentimiento sincero y un cambio.

Una Piedra
La misericordia y voluntad de perdonar proveniente de Dios Padre se puede entender en el pasaje bíblico de Apocalipsis 2.17, en el que Dios Hijo afirma que: “(…) y le daré una piedra blanca, y sobre la piedra un nombre nuevo escrito, que nadie conoce sino aquel que lo recibe”.

PARTICIPE
En la Parábola del Hijo Pródigo (Lucas 15.11-32), Jesús muestra cómo actúa Dios Padre con aquellos hijos que en algún momento quisieron continuar su vida lejos de Él, pero que se arrepintieron y regresaron a Sus brazos. Así como el padre que acogió a su hijo con alegría y sin juicio, todos serán nuevamente bienvenidos por Dios, como está escrito en Isaías 43:25 (Nueva Versión Internacional): “Yo soy quien borro vuestras transgresiones. Por amor de Dios, y que no se acuerde más de sus pecados”. La misericordia de Dios es verdadera y se puede obtener mediante el arrepentimiento sincero.

Y usted lector, está en la misma situación que el hijo prodigo, sepa que es posible encontrar el Padre nuevamente: Él lo recibe de brazos abiertos y coloca una piedra en su pasado para que usted deje sus errores atrás y siga adelante.

Pensando en las personas estancadas en el pasado y alejadas de la fe, la Universal realizará el Domingo de Piedra en el Pasado, el 28 de enero, en todo el país. El objetivo es ayudar a todos los que necesitan olvidar el pasado y seguir adelante, como nos guía el pasaje de Filipenses 3,13-14: “Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante […]”.

Participa en este propósito y deje atrás el pasado.

Recuerde, que no tienes que esperar hasta el día 28 para iniciar su cambio. La misericordia de Dios puede llegar a ti en cualquier momento y dondequiera que estés. Aproveche esta oportunidad.